Casi 10 años pasando consulta dan para pensar mucho. Sobre todo cuando te das cuenta de que llevas casi 10 años escuchando a pacientes contar que lo “normal” para ellos es sentirse hinchado, tener gases, tener ardores… para algunos lo normal es estar estreñido o defecar muy suelto siempre o por temporadas.
No se si es tu caso, pero me gustaría deciros que NO, que esto no es normal aunque para ti se haya convertido en algo tan habitual que no le des importancia.
Aunque hay personas que vienen a consulta por este motivo, la mayoría de los casos que conozco son de personas que vienen por otros motivos como perder peso, o con alguna dolencia o patología que requiere de una intervención nutricional y después de “indagar” en sus hábitos, es cuando descubrimos que hay algo detrás de todo ello que hay que tener en cuenta.
El motivo que les ha traído a mi, por tanto, consecuencia de una “alteración” intestinal que además de sus dolores articulares, su obesidad, su ganancia de peso, sus problemas de piel o sus dolores frecuentes de cabeza, les produce esa otra serie de síntomas que vemos como normales o habituales pero que sin duda son la mejor pista que tenemos para sospechar de que algo no va bien allí abajo.
Estas “anormalidades” intestinales son ya hoy por hoy el pan nuestro de cada día en consulta. Síndrome de intestino irritable, Enfermedad de chron, colitis ulcerosa, SIBO, permeabilidad intestinal aumentada… Hoy hemos aprendido a identificarlas (algunas son realmente complicadas de diferenciar) y a tratarlas pero… ¿se daban también antes con tanta frecuencia?
Hace relativamente pocos años (poco antes de 1800) se descubrieron los microorganismos y no fue hasta el siglo 20 cuando los científicos de la época empezaron a descubrir el mundo de los virus, las bacterias…
Hoy, sabemos mucho acerca de estos “bichos” que en un primer momento se identificaron como nocivos y que sabemos que no solo nos habitan sino que son reguladores de muchos procesos metabólicos. Los que mas nos han interesado a muchos científicos, investigadores o simplemente “nutrifrikis” son los que pueblan el intestino grueso. ¡Esta ultima porción de intestino es la leche! Esta “plagadita” de microorganismos.
Durante estos años, han despertado tanto nuestra curiosidad que los hemos estudiado y hemos hemos podido relacionar algunos con infinidad de enfermedades (de esas que a priori ni las relacionarías con el intestino) y también a otros con muchísimas bondades para nuestra salud.
Yo me los imagino como una inmensa comunidad de vecinos en la que a pesar de pertenecer a familias distintas, de ser de “padres” y “madres” diferentes, hay familias que no hacen otra cosa que mal-meter e intoxican poco a poco la comunidad, otras que… parece que no viven allí, que ni se las siente y otras que se desviven por mejorar la calidad de vida de los que vivimos en esta comunidad. De forma que si la relación Vecinos que aportan/vecinos tóxicos se altera… tu vida puede llegar a ser un infierno.
La industria alimentaria también supo usar en su favor el descubrimiento de nuestra microbiota intestinal. ¡Normal! ¡si yo me dedicara a las ventas también intentaría sacar tajada! ¿Os suena eso de: ¡activa tus defensas!?
En realidad… la industria alimentaria intenta sacar tajada de todo y utiliza un marketing y una estrategia de ventas realmente agresiva…te convencen si o si.
Es por eso que muchos toman actimel o se lo dan a sus hijos, leches de crecimiento, bebidas energéticas algún, yogures de sabores con texturas apetecibles, falsas galletitas “sanas” enriquecidas en algún nutriente (y en alguna cosita mas que no pone en la etiqueta), agua con sabores, barritas energéticas (no vaya a ser que te de un patatús por no comer), refrescos cero azucares (pero edulcorantes mil) y así un largo etc…
Hay una relación directa entre la cantidad de vecinos del tipo tóxico que puebla la comunidad de vecinos que es nuestro intestino y esta “avispada” industria alimentaria.
Este “tunning” exagerado de alimentos lleva a que algunos de estos vecinos se vayan (los buenos) y consecuentemente los tóxicos, van ganando espacio y… a la comunidad de vecinos le va como le va.
¡Pero oye! siempre se puede intentar que estos vecinos que ademas de no aportar nada positivo nos llevan de una calamidad a otra pierdan terreno… ¿Como? pues favoreciendo el que vecinos de los buenos, de los activos, de los positivos vuelvan a poblar nuestra comunidad y que poco a poco…les vayamos restando espacio hasta que sean tan pocos, Pero esto ya… te lo cuento en algún post.
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